Achegamos un texto do compañeiro Emiliano cargado de carraxe:
POR AUTENTICA SOLIDARIDAD; ¡¡VAYANSE!! (A quien corresponda)
Pero no se vayan porque les han pedido la dimisión; sean mucho más obedientes que eso. No se vayan por estafadores; sean más honrados que eso. No se vayan porque no aguantan que les señalen; sean más valientes que eso. No se vayan por corruptos; sean más sinceros que todo eso.
¡¡Váyanse!!, porque continúan apoyando y moviendo la misma maquinaria social y económica para afrontar la resolución de los conflictos que arrastramos en nuestra sociedad; y ésta es quien está generando empobrecimiento sinfín.
¡¡Váyanse!!, porque no parece que estén dispuestos a ceder un ápice en sus discursos mentirosos y embaucadores.
¡¡Váyanse!!, porque no les interesa reconocer, cegados por sus intereses personales y colectivos de poder, que sólo ellos son los verdaderos culpables de estas consecuencias y forma de vivir tan sin sentido.
¡¡Váyanse!!, con sus medidas económicas y sociales sectarias, que no son más que “más de lo mismo”. Llévense con ustedes todos sus grupos de presión y todos sus asesores, todos sus mecanismos desde los que pretenden continuar propiciando más enriquecimiento y lucro sin fín.
¡¡Váyanse!!, con sus “Troicas”, los FMI, los Consejos estatales o europeos; con su manera de entender y ejercer la justicia, la política, la democracia; ya sabemos a quién sirven y porqué.
¡¡Váyanse!!, tantas gentes impresentables de los partidos políticos, de grupos económicos, empresarios, responsables de tantos bancos que han estafado, presidentes de grandes empresas como las del Ibex que nos continúan engañando mientras disfrutan de un enriquecimiento cada vez mayor.
¡¡Váyanse!!, Presidentes, ministros y consejeros de todo tipo, de gobiernos estatales o autonómicos; dejen que se venga abajo este edificio del capitalismo salvaje que defienden y nos imponen de forma tan injusta, por la manera tan obscena de querer construir la sociedad.
Acaso, ¿no se dan cuenta de las ingentes bolsas de pobreza que como consecuencia de su ejercicio del poder económico, político y social están generando?
En este empobrecimiento hay demasiadas víctimas. Niños y niñas, jóvenes y adultos, mujeres… en los barrios y en los pueblos; enfermos mentales, crónicos o dependientes…en las cárceles; tantas y tantas familias sometidas y destruidas por el empobrecimiento sin retorno al que han empujado “todos a una”, como si se hubieran puesto de acuerdo; ¡que lo están!; espacios propiciados para sostener sus negocios y barbaridades, como son los barrios para el narcotráfico, o las cárceles para pobres y excluidos, o…
Nadie, parece, que haya encontrado razones, conociendo cuanto sucede, como para dimitir incondicionalmente y marcharse de inmediato. ¿A qué esperan?